Todos sabemos lo importante que es alimentarse bien para tener una buena salud. Enfermedades como la diabetes, la arterioesclerosis, la obesidad o incluso el cáncer tienen relación con la forma en que comemos.
Bueno, que no se nos olvide que también influyen otros aspectos. Algunos no los vamos a poder modificar, como la herencia familiar, los factores genéticos. Pero otros sí podemos cambiarlos y mejorarlos, como por ejemplo:
- Evitar el tabaco.
- No abusar del sol.
- Pasar poco tiempo sentados.
- Ser más activos: caminar, pasear, pedalear, hacer deporte solos o en compañía, bailar, patinar, nadar...
Y esto vale para todas las personas, incluyendo a quienes les ha tocado padecer alguna enfermedad pueden mejorar su salud a través de estos buenos hábitos.
Si se padece alguna enfermedad concreta, a veces son necesarios consejos especiales para adaptar la dieta a tal o cual padecimiento. Y eso complica aún más las cosas.
Por eso, tanto si tenemos buena salud como si nuestra enfermedad nos obliga a hacer una dieta especial, nos interesa tener claras algunas ideas sobre los alimentos que podemos comprar o comer.
En los mercados tradicionales se compran alimentos "naturales". En los supermercados modernos hay una gran mayoría de alimentos elaborados y envasados. ¿Cómo saber lo que contienen? ¿Son sanos o suponen riesgos? ¿Cómo entender lo que pone en las etiquetas?
Además escuchamos muchos mensajes sobre alimentación y salud, a veces difíciles de entender e incluso ¡contradictorios! Por ejemplo:
- Todos sabemos que el aceite de oliva es super-sano. ¿Por qué la margarina, que también es una grasa vegetal, ahora no se considera tan saludable?
- Hay muchos productos a los que se les añade calcio, vitaminas, probióticos, y un largo etcétera. Siempre alegando que esos componentes aportan beneficios para la salud. ¿Es cierto todo lo que publicitan? ¿Cuánta cantidad es necesaria tomar de dicho suplemento? ¿Existe riesgo de sobredosis? ¿Vale la pena pagar un poco más por dicho alimento suplementado?
- Hay zumos y otros productos "sin azúcares añadidos". ¿Quiere decir eso que son sanos?
- Los productos para diabéticos ¿de verdad son necesarios o pueden tener algún "defectillo"?
Las etiquetas de los alimentos envasados nos explican su composición pero con letra muy pequeña ;-) y... palabras difíciles de entender. En este taller vamos a aprender de forma práctica, activa y divertida a interpretar el etiquetado de los alimentos. Así sabremos escoger mejor cuando hagamos la compra:
- Qué alimentos podemos tomar si tenemos alguna alergia, intolerancia o enfermedad.
- Qué alimentos debemos evitar en función de nuestro padecimiento.
- Cuáles son los que pueden mejorar nuestras alimentación.
- Cuáles podemos dejar tranquilamente en la estantería del supermercado porque no nos aporta nada o tiene algún ingrediente poco aconsejable.
También reflexionarermos sobre algunas costumbres de nuestras madres y abuelas que deberíamos recuperar porque contribuyen a una alimentación equilibrada como es hacer la compra lista en mano y planificar el menú de la semana con la cabeza y sobre el papel.
Por Ana Martínez Rubio
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